Disautonomía

La disautonomía es un padecimiento donde el sistema nervioso autónomo no funciona adecuadamente, provocando que los mecanismos que regulan el adecuado funcionamiento del organismo como: presión arterial, frecuencia cardiaca; sudoración, tolerancia al frío o al calor, se encuentren mal reguladas provocando molestias físicas y en ocasiones síncope o pérdida de estado de alerta.

Es más frecuente en mujeres jóvenes delgadas de 15 y 35 años, aunque pueden padecerlo personas fuera de ese rango de edad. El paciente con disautonomía tiende a sentirse mal al estar inactivo, sufrir una emoción fuerte o situaciones de estrés emocional; al estar en lugares cerrados como iglesias, bancos o en sitios calurosos y muy concurridos.

Son personas que se les ve decaídos, cansados, sin interés con la conversación o el medio, tristes, con debilidad, sudoración y visión borrosa. Se les tilda en ocasiones de flojos o poco sociables.

No es un padecimiento peligroso si se diagnostica adecuadamente; sin embargo, el mayor peligro es vivir con mala calidad de vida y con la frustración de no entender lo que le pasa a la persona. Es muy frecuente la discriminación en general pues los síntomas son tan variados que pueden confundirse con padecimientos somáticos o mentales.

Se diagnostica mediante una visita al médico. El común denominador de estos pacientes son las múltiples visitas con especialistas por lo que se les puede diagnosticar de forma equivocada con otras enfermedades como fibromialgia, síndrome de hiperlaxitud articular, síndrome de fatiga crónica, hipotiroidismo, hipoglicemia, entre otros. La prueba diagnóstica más concluyente es la prueba de inclinación (mesa basculante, tilt test).